En la antigüedad los médicos chinos se las arreglaban para saber acerca de su paciente sin ultrasonidos, resonancias magnéticas, electrocardiogramas o análisis de orina.
Los pulsos chinos corresponden a los 12 meridianos de la Gran Circulación de la Energía. El estudio de estos pulsos se realiza sobre la arteria radial, desde la base del pulgar hasta un través de dedo por encima de la apófisis estiloide.
Pulso superior y medio
El pulso superior o superficial es aquel que se percibe a nivel de la superficie del cuerpo y que puede ser palpado apoyando ligeramente los dedos medio e índice sobre el sitio indicado.
El pulso medio o profundo es aquel que requiere una presión más acentuada, la cual se logra apoyando con más vigor para sentir el latir del pulso profundo.
Tomar el pulso:
Para tomar el pulso el paciente debe estar en reposo, de preferencia en ayunas y por la mañana. Se utilizan los tres dedos medios de la mano. El paciente debe estar frente al médico o terapeuta, y tendrá este último su mano izquierda con la derecha del paciente y viceversa, aunque a veces se utiliza solo la mano derecha y el dedo índice para diagnosticar. La arteria radial está dividida en tres segmentos.
Pulso inferior: situada debajo de la apófisis estiloides del radio, entre esta y el pliegue de la muñeca.
Pulso central: se localiza al nivel de la parte más saliente de la apófisis estiloides radial.
Pulso superior: se sitúa encima de la apófisis estiloides, por el lado del codo.
En cada uno de estos segmentos, se debe buscar ya sea un pulso superficial o profundo.
Pulsología China (Interpretación del pulso)
Si bien las manos son extraordinarias receptoras para encontrar o detectar lo que el cuerpo manifiesta y lo que la mente a veces no puede comprender. la agudeza visual, donde el paciente manifiesta por medio de su habla, mirada, color de piel, actitud, aspecto de su cabello, etc., es ora forma de conocer y diagnosticar la vida del paciente y los motivos por los cuales padece determinada afección.
Sin embargo, uno de los secretos de la riñón, pulmón, bazo, corazón, pericardio e hígado, así como el pulso de las seis vísceras: estómago, intestino grueso y delgado, vejiga (triple calentador ) y vesícula biliar.
Variaciones del pulso
En la antigüedad, los “pulsólogos” se consideraban una especie de adivinos, ya que podían saber lo que le ocurriría al paciente antes de que así fuera, ya que el pulso revelaba las posibles enfermedades si no se tomaban cartas en el asunto.
Con el pulso se puede saber si hay gravedad o si existe débil o exagerado flujo de energía, cual es el órgano más afectado, si hay débil irrigación de sangre, etc.
Aprender esta técnica puede llevar varios meses o años de práctica y mucha paciencia, y se puede aprender en un curso de medicina Tradicional China. Sin embargo, aquí te damos algunas de las bases que utilizan los pulsólogos para diagnosticar a sus pacientes:
Pulso profundo: es un pulso casi apagado o débil. Este tipo de pulso nos avisa que hay poca energía, si además es fino o poco perceptible, hay una deficiencia de sangre.
Pulso rápido: hace evidencia de calor o fiebre interna, lo cual indicaría una sobredosis de tóxicos en el cuerpo (toxemia), infección, nerviosismo o ansiedad.
Pulso lento: indica frio interno o falta de energía (solo en casos de personas que hacen mucho ejercicio esto no sería así). Este pulso suelen tenerlo las personas depresivas, apáticas o con cansancio crónico.
Pulso amplio y tenso: el órgano esta congestionado o con sobreactividad.
Pulso pequeño, duro y con tensión: el órgano esta espasmódico o contraído.
Pulso débil: el órgano esta con baja energia.
Recuerda consultar con tu terapeuta para una guia más completa y profunda acerca de esta técnica..