Cuando el Universo tomó forma y se completó con el Sol, la Luna, las montañas, los ríos, las plantas y los animales aún no existía la gente. La Tierra fue habitada por dioses, gigantes y otras
criaturas monstruosas. El dios más importante era una diosa madre llamada Nü Wa la cual fue ´creadora y portadora del orden´. Tenia forma de ser humano en la parte superior de su cuerpo
con cara humana y brazos humanos pero su parte inferior era como la de un dragón con cola de serpiente. También podía cambiar de forma y aparecía de diferentes maneras.
Nü Wa viajó por el mundo y a pesar de encontrarlo rico y bello se sintió sola y triste porque no habían seres humanos y a Nü Wa le hacía falta la compañía de gente que pudiera querer, sentir
y pensar como lo hacía ella. Un día fue al gran río Amarillo. Del lecho del río sacó puñados de barro y modeló pequeños muñecos, les hizo cabeza, brazos y piernas para que pudieran caminar
de pie. Puso mucho cuidado en hacer estas figurillas y el resultado le gustó. Sopló vida en ellas y quedó encantada viéndolas saltar y bailar a su alrededor, gritando y llamándola jubilosamente
´diosa madre´. Después de haber creado un gran número a mano de esta manera lenta Nü Wa decidió utilizar sus poderes sobrenaturales para obtener un resultado más
rápido.
Puso un trozo de caña en el barro del río y cada vez que lo sacaba, caían al suelo gotas de barro que se transformaban instantáneamente en hombres y mujeres. Al cabo de un tiempo hubo quien
dijo que aquellos a los que modeló con sus propias manos eran los afortunados y los bien dotados del mundo mientras que los que fueron creados expulsando la caña fuera del agua eran los más
pobres y menos afortunados. Eventualmente y después de haber creado suficientes hombres y mujeres Nü Wa estableció el sistema del matrimonio entre ellos para que vivieran juntos y
pudieran procrear y continuar la raza humana sin ninguna otra ayuda por su parte.
Los primeros ´Nious´ o figuras de barro creadas por Nu Wa eran como muñecos sin vida, pensamientos o movimientos. Entonces Nu Wa exhaló su aliento mágico dentro de los Nious y así les dio una noble alma al inmediatamente transformarlos en seres humanos con vida. Sin embargo estos seres humanos les faltaba sabiduría y la capacidad para soportar los cambios externos. No sabían cómo controlar sus emociones y tampoco tenían un entendimiento comprensivo de lo que sucedía en el medio ambiente. No tenían lógica ni ideología y eran muy vulnerables a la muerte. Cuando un grupo de Nious moría Nu Wa debía crear otro grupo.
Nu Wa dio sabiduría a los seres humanos y creó instrumentos musicales para ellos. Así se desarrolló la música, el canto y la danza y los seres humanos podían expresar sus sentimientos al cantar y danzar. Desde entonces, tenían cultura para gobernar y enriquecer sus vidas.
Gradualmente la gente supo cómo disciplinarse y manejar los acontecimientos en el ambiente que los rodeaba. La historia humana, cultura y otros aspectos comenzaron a ser desarrollados y se difundieron poco a poco. Progresivamente la vida simple se volvió abundante y el significado de la vida se transformó de algo ordinario en algo mucho más desarrollado y cada vez más civilizado.
Según otro mito Nüwa es la encargada de mantener y reparar la Muralla Celestial, cuya caída destruiría el mundo. Cuenta una leyenda que hubo una disputa entre dos de los dioses más poderosos y decidieron zanjarla con un combate. Cuando Gonggong, dios del agua, vio que perdía, golpeó con su cabeza el Monte Buzhou (不周山), uno de los pilares que sostenían el cielo, lo que causó que éste se inclinara hacia el noroeste y la tierra se moviera hacia el sureste, produciéndose grandes inundaciones. Nüwa cortó las patas de una tortuga gigante y las usó para sustituir el pilar destruido, a la vez que utilizaba piedras de cinco colores distintos para reparar el cielo. Sin embargo fue incapaz de reparar la inclinación del cielo, lo que según la tradición es la causa por la que el sol, la luna y las estrella se mueven hacia el noroeste y los ríos chinos fluyen hacia el este. Según otras versiones rellenó el agujero del cielo con su propio cuerpo para que cesara la inundación por lo que algunas minorías del suroeste de China la tienen como diosa y algunas fiestas se ofrecen como tributo a su sacrificio.