Yu Di

玉帝

Emperador de Jade

 

El Emperador de Jade (玉帝) o es el gobernante del cielo según la mitología china y uno de los más importantes dioses del panteón taoísta. También es conocido por otros nombres más ceremoniosos, los niños le llaman Abuelo Celestial (天公, Tiān Gōng).

 

El Emperador de Jade gobierna sobre el cielo y la tierra del mismo modo que los emperadores terrenales gobernaron un día sobre China. Él y su corte son parte de la burocracia celestial que, a imitación de la de la antigua China, gobierna sobre todos los aspectos de la vida humana. Desde el siglo IX fue también el patrón de la familia imperial.

 

 

El origen del Emperador de Jade

 

Se decía que el Emperador de Jade era originariamente el príncipe heredero del Reino de la Dicha Pura y de las Majestuosas Luces y Ornamentos Celestiales. Al nacer, emitió una luz asombrosa que iluminó todo el reino. De joven fue amable, inteligente y sabio. Consagró toda su niñez a ayudar a los necesitados, mostrando respeto y benevolencia tanto hacia los hombres como hacia las demás criaturas. Tras la muerte de su padre ascendió al trono, asegurándose de que todos en su reino encontraran la paz y la satisfacción. Después de esto, comunicó a sus ministros que deseaba dedicarse a cultivar el Tao en el Acantilado Brillante y Fragante. Después de 1.750 intentos, cada uno de ellos con una duración de 120.976 años, logró la Inmortalidad Dorada. Después de otros cien millones de años de cultivo personal, se convirtió por fin en el Emperador de Jade (el proceso duró en total 211.708.000 años).

 

El Emperador de Jade derrota al Diablo

 

Hay un poco conocido mito que cuenta cómo el Emperador de Jade llegó a ser el rey de todas las deidades del cielo. Es uno de los pocos mitos en los que el Emperador de Jade realmente muestra su poder. En el principio de los tiempos, la tierra era un lugar duro y difícil en el que vivir. Los hombres tenían tremendas dificultades para subsistir; no sólo tenían que luchar contra unas condiciones muy duras, sino que también tenían que vérselas con todo tipo de seres monstruosos. Además, en este tiempo, no había muchos dioses que les protegieran y una gran cantidad de poderosos y malvados demonios desafiaban a los seres inmortales del cielo. El Emperador de Jade era todavía un inmortal corriente que vagaba por la tierra ayudando a toda la gente que podía. Sin embargo, se sentía triste porque sus poderes eran limitados y sólo podía mitigar en parte los sufrimientos de los hombres, por lo que decidió retirarse en una cueva para cultivar su Tao.

 

Pasó 3.200 intentos, cada uno de los cuales duró aproximadamente tres millones de años. Desafortunadamente, una entidad malvada y poderosa que habitaba en la tierra tuvo la ambición de conquistar a los inmortales y a los dioses del cielo y proclamar su soberanía sobre todo el universo, para lo cual también se retiró a meditar y así incrementar su poder. Pasó 3.000 intentos, cada uno de los cuales duró también tres millones de años. Tras el último intento, se sintió seguro de que nadie podría vencerle jamás. Volvió al mundo y reclutó un ejército de demonios con el propósito de atacar el cielo. Los inmortales, conscientes de la amenaza, se reunieron y se prepararon para la guerra. Los dioses fueron incapaces de detener al poderoso demonio y fueron vencidos. Los Tres Puros estaban a la cabeza de los seres celestiales en ese momento.

 

Afortunadamente, el Emperador de Jade terminó su cultivo mientras se desarrollaba la guerra y estaba dedicándose a cambiar la tierra para hacerla más habitable para los hombres y repeliendo a todo tipo de bestias monstruosas. De repente, vio un resplandor maléfico emitido desde el cielo y supo que algo no andaba bien. Ascendió y vio que se estaba librando una guerra, dándose cuenta de que el demonio era demasiado poderoso como para ser detenido por cualquiera de los dioses presentes. Subió y desafió al demonio, siguiéndose a continuación una batalla entre los dos. Las montañas y los ríos y los mares se agitaron. Sin embargo, el Emperador de Jade salió victorioso debido a su cultivo, más profundo y sabio; no en cuanto a su poder, sino por su benevolencia. Tras la total aniquilación del demonio, todos sus otros compañeros fueron dispersados por los dioses y los inmortales. Por su noble y benevolente hazaña, los dioses, los inmortales y los seres humanos proclamaron al Emperador de Jade como el supremo soberano de todo.

 

La princesa y el pastor

 

Según otra historia, popular en toda Asia y con numerosas versiones, el Emperador de Jade tenía una hija llamada Zhinu (织女, 織女, Zhīnǚ, literalmente "la muchacha tejedora"), a la que con frecuencia se representa tejiendo nubes de colores en el cielo. Según otras versiones, era una costurera que trabajaba para el Emperador. Todos los días bajaba a la tierra con la ayuda de una túnica mágica para bañarse. Un día, un modesto pastor llamado Niulang (牛郎, Niúláng, "el boyero", "el vaquero") vio cómo Zhinu se bañaba en el río y se enamoró de ella. Robó su túnica mágica, que ella había dejado junto a la orilla, e impidió así que volviera al cielo. Cuando Zhinu salió del agua, Niulang se la llevó a su casa.

 

Cuando el Emperador de Jade se enteró de lo sucedido enfureció, pero fue incapaz de hacer nada ya que para por entonces su hija se había enamorado del pastor y se habían casado. Sin embargo, al pasar el tiempo, Zhinu sintió nostalgia de su casa y quiso ir a visitar a su padre. Encontró la túnica mágica, que su marido había escondido en una caja, y volvió al cielo. Una vez que hubo regresado, el Emperador trazó un río en medio del firmamento (la Vía Láctea) para que Zhinu fuera incapaz de regresar con su marido. Pero sintió lástima de los jóvenes amantes y el séptimo día del séptimo mes del calendario lunar permite que se encuentren en un puente sobre el río.

 

La historia sería la explicación mitológica para un fenómeno que se puede observar en el firmamento. La estrella Vega (Zhinu), de la constelación de Lyra, está situada al este de la Vía Láctea y la estrella Altair, de la constelación del Águila, está al oeste. Sin embargo, durante el primer cuarto lunar (séptimo día) del séptimo mes lunar (en torno a agosto), las condiciones lumínicas hacen que la Vía Láctea aparezca más ténue, como si un puente uniera las dos estrellas. Este día se celebra en China, y en otros países asiáticos, una fiesta llamada Qi xi, similar al día de San Valentín en occidente. Si llueve, se dice que son las lágrimas de Zhinu que llora al reencontrarse con su esposo.

 

El zodiaco chino

 

Hay varias historias que explican cómo fueron elegidos los doce animales del zodiaco chino. Según una de ellas, el Emperador de Jade, aún habiendo gobernado el cielo y la tierra con justicia y sabiduría durante muchos años, nunca había tenido la oportunidad de visitar la tierra. Sintiendo curiosidad por cómo serían las criaturas que la habitaban pidió a todos los animales que fueran al cielo a visitarle. El gato, el más hermoso de todos los animales, pidió a su amiga la rata que montase sobre su lomo el día que tenían que ir al cielo para así no quedarse dormido. La rata, sin embargo, sintiéndose preocupada por parecer fea comparada con el gato, decidió no hacerlo. El gato perdió su oportunidad de visitar al Emperador y fue sustiuido por el cerdo. El Emperador quedó encantado con todos los animales y decidió dividir los años entre ellos. Cuando el gato supo lo que había ocurrido se enfureció con la rata y ésta es la razón por la cual los gatos y las ratas son enemigos.

 

El predecesor y el antecesor del Emperador de Jade

 

El Emperador de Jade era en un principio el ayudante del Venerable Celeste del Comienzo Original (元始天尊, Yuanshi Tianzun), el comienzo de todas las cosas, el creador ilimitado y eterno del cielo y de la tierra, y fue designado su sucesor. El Maestro Celestial del Amanecer de Jade de la Puerta Dorada (玉晨天, 玉晨天師, Yùchén Tiānshī) sería a su vez nombrado sucesor del Emperador de Jade. En los brazos del trono de éste se pueden ver representados los caracteres que representan a ambos, su predecesor y su sucesor.

 

 

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