Wushu, pasado y presente

Li Lian Jie

"Jet Li"

 

Recientemente me solicitaron que reflexionara sobre las competencias y atletas de wushu de mi generación comparados con el estado actual de esta disciplina en China.

Actualmente el wushu opera con diferentes reglas que las que solía emplear. En los años 70 y principios de los 80, el wushu competitivo realmente sólo existía en China, y por eso las formas eran evaluadas por un grupo de reglas (un grupo de estándares). Entonces las autoridades quisieron llevarlo a otros países.

 

 

Ellos formularon un conjunto de reglas internacionales para competencias de la misma índole. Éstas reglas son, creo yo, un poco más fáciles que las reglas chinas, o debería decir “simplificadas”. Ahora escucho que las personas compiten principalmente en tres categorías: Changquan, Nanquan y Taijiquan. El sistema actualmente no es tan complejo como solía ser, cuando todos tenían que competir en sable, lanza, espada, vara y formas a mano vacía. ¿Por qué en nuestra época teníamos que aprender las 18 armas1, estilos internos y externos, de todo? Ese era nuestro currículo. Actualmente, si quieres ir a los Olímpicos, aprendes las formas obligatorias y se acabó.

No quiero decir que un sistema sea mejor o peor. Sólo puedo decirles que la calidad física de los atletas ha mejorado y continúa haciéndolo continuamente. ¿Por qué es que los records mundiales parecen batirse cada año? Porque el entrenamiento se ha vuelto más científico. Los atletas tienen acceso a una mejor nutrición, mejores vitaminas, mejores médicos y psicólogos deportivos, entre otros. Estos factores han ayudado a desarrollar el potencial del cuerpo humano mediante el deporte.

 

Sin embargo, creo que muy en el fondo, el wushu es mucho peor que antes. Estoy hablando del conocimiento interno, la parte del wushu que no involucra al cuerpo físico. El cultivo interno es la parte más importante, y definitivamente es una carencia en estos días. Puede ser a causa de las reglas. Los jueces que trabajan con reglas más nuevas prefieren cierto tipo de desempeño y lo premian con una puntuación más alta. Como resultado, los atletas comienzan a entrenar bajo esas mismas reglas ¿y quién puede culparlos? Tanto la demostración de habilidad externa como la interna son importantes, pero las reglas modernas no protegen a la segunda habilidad.

 

Las cosas más hermosas de las artes marciales no tienen que ver ni con el deporte, ni con la velocidad. Lo que los practicantes de wushu necesitan hacer es concentrarse más en lo interno. Tienen que tomarse el tiempo para juntar toda su energía con su mente para acabar cada movimiento. En estos días, la velocidad es tan rápida y los saltos son tan altos... y sin embargo los detalles no son perfectos en lo absoluto. El año pasado vi al Equipo de Wushu de Beijing cuando vinieron a los Estados Unidos a presentarse. Tenían el mismo problema. Creo que las reglas los están limitando.

Ya no existe más el “sabor” personal. En el pasado, cuando veíamos a la gente practicar espada, podías estar seguro de que diez atletas de alto nivel mostrarían diez diferentes “sabores”. Incluso el simple hecho de apuntar con la espada: cada uno haría el movimiento con su propio ritmo; todos técnicamente correctos y todos distintos.

 

¡Eso era sabor! ¡Muy delicioso!

 

Actualmente: whrrr, whrrr, whrrr, los atletas parecen máquinas. Se mueven tan rápidamente que apenas puedo ver lo que están haciendo. Y no hay sabor. El wushu no es una carrera. No debería ser como otros deportes, donde el atleta más rápido gana. Personalmente me gusta ver diferentes estilos y sabores. Me gusta cuando las artes marciales todavía son un arte, cuando los atletas son artistas que desarrollan y presentan sus estilos distintivos. Las artes marciales siempre se han tratado de variedad y diversidad: diferentes estilos, diferentes culturas, diferentes estados. Solía suceder que podías decir el lugar de nacimiento de alguien por la manera en que practicaba su wushu: “Oh, este chico es de la Provincia de Shandong” o “Mira, ella debe ser de Shanxi”. Podíamos decirlo porque ya conocíamos los estilos. Ahora todo se ha vuelto borroso2 y homogéneo. Como siempre, este es el yin y el yang de las artes marciales hoy. Mitad y mitad: algo bueno, algo no tan bueno. Todavía hay áreas que pueden ser mejoradas.

 

 

 

por: Li Lian Jie "Jet Li"

 

 Escuela Laoshan

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